-¿Cómo te llamas? -preguntó ella.
-Frank -respondió él, insinuante.
-¿Frank? ¡Ese nombre es ridículo! -exclamó ella. Tiró el cigarrillo al suelo, asqueada.
-¡No te vayas! Puedes llamarme como quieras -sugirió él.
-Mariano. Prefiero llamarte Mariano.
Él la miró unos instantes.
-Es el nombre de tu padre, ¿no?
-Sí -respondió ella, ruborizada-. ¿Y bien?
El hombre le cruzó la cara de un bofetón.
-¿Qué es esto? -exclamó con voz autoritaria señalando la colilla. -¡No tolero más tonterías! ¡Voy a tener que castigarte de nuevo!
-¡Oh, lo siento! -dijo ella a punto de llorar-. Ya sabes que soy muy mala -añadió satisfecha.
Papá
Pequeños relatos que se me ocurren, anécdotas que me suceden y comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras, en esta ocasión una pequeña perversión sexual tan turbadora como inocente. Papá
Espero que te guste.
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