Anoche Jamie me avisó de que doblaría turno en la fábrica, que no le esperara a dormir.
Me sentí dolida, frustrada pero disimulé.
Me traje a Lydia a nuestra cama y le leí un cuento. Se quedó dormida. Yo me acurruqué a su lado y me dormí también.
De madrugada, Jaime asomó la cabeza por la puerta. Vi su silueta recortada contra la luz del pasillo. Le dije en voz baja que la niña estaba conmigo, que se fuera a dormir a su cuarto. Jaime no respondió. Tras unos segundos cerró la puerta.
Esta mañana no había ni rastro de Jaime y la cama de Lydia estaba ordenada. A eso de las 8.30 h, cuando estábamos desayunando, apareció, como si tal cosa. Se le veía cansado, pero satisfecho. Cuando le pregunté, me aseguró que acababa de salir de la fábrica y que por supuesto, esta noche, no había pasado por casa.
El intruso
Pequeños relatos que se me ocurren, anécdotas que me suceden y comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras, en esta ocasión sobre un personaje inquietante que me encontré en mi habitación. El intruso
Espero que te guste.
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