¿Qué es la literatura de terror?
Se considera literatura de terror aquella en la que la por su enfoque y escritura transmite al lector la angustia vital que experimenta el personaje principal. Este miedo deriva del enfrentamiento del protagonista con los desconocido, normalmente la muerte.
Normalmente la literatura de terror, los libros que dan miedo suelen ser metáforas para hablar de otras cosas, bien sea descontento social, crítica a los estamentos establecidos o como reflejo de la insatisfacción colectiva.
¿Cuál es el libro más terrorífico de la historia de la literatura?
Se considera a la Biblia es el texto sagrado de la religión católica como el libro más terrorífico de todos.
En sus páginas encontramos: torturas, crucifixiones, zombies, plagas, apocalipsis, parricidios, chantajes, amenazas. El Antiguo Testamento está plagado de relatos que incluyen nuestras peores pesadillas. Está escrito con un tono amenazante y amedrentador que pretende atemorizar al lector a modo de amenaza. Si llevas a cabo esto, te ocurrirá esto otro. Por lo tanto, su enfoque es muy similar al de las novelas de terror.
Como todas las religiones, el catolicismo intenta dar explicación y sentido nuestra existencia, y por tanto, a la muerte. La religión y la literatura de terror van de la mano. Muchas novelas de terror abordan en sus tramas fundamentos religiosos y utilizan la liturgia religiosa para combatir el mal.
En este breve resumen abordaré las novelas de terror en occidente, muchas de las cuales, como veremos, están muy influenciadas por la religión católica y el cristianismo.

Peculiaridades
Las novelas de terror no estás consideradas como literatura. Los grandes teóricos de las letras no suelen estimar el género de terror como merecedor de reconocimiento académico. Como veremos más adelante, algunas novelas emblemáticas de la literatura de terror han tenido que esperar más de 100 años para formar parte del catálogo de novelas a estudiar.
Se da un auge de consumo de terror en épocas de crisis social (exceptuando las guerras). Cuando se dan momentos de transformación en la sociedad, en la que los individuos advertimos cambios que se perciben como amenazas, se consumen más novelas de terror. Momentos como el que estamos viviendo en la actualidad, con toda la revolución digital y las amenazas que al parecer nos acechan (algunas reales, como la pandemia, y otras inventadas) generan un desasosiego en la población que exorcizamos consumiendo terror, bien sea el libros o en cine/series. Es una de nuestras maneras de expresar esa angustia.
Además, curiosamente, cada época tiene sus monstruos favoritos. En la Edad Media el engendro por antonomasia era el licántropo. En el siglo XIX fue el vampiro. Hoy en día el monstruo más carismático es el zombi.

Breve historia. Inicios de la humanidad hasta s. XVIII
Los relatos de terror existen desde los albores de la humanidad. Cuando nuestros antepasados se sentaban en hogueras al caer la noche y el chamán o el jefe de la tribu explicaba historias, ya se relatan cuentos de miedo. Algunos rememoraban el espíritu de tal o cual antepasado y otros servían como ejemplos de los peligros que suponían acercarse a tal acantilado o lecho del río o alejarse de donde estaba la manada.

Se han hallado textos en papiros del antiguo Egipto así como en tablillas sumerias que explican encuentros con demonios y seres de ultratumba.
En Roma, Plinio, el joven, llevó a cabo una recopilación de fenómenos en casas encantadas en las que sucedían hechos inexplicables.
En la Edad Media, con el catolicismo ya instaurado como religión hegemónica en Europa, todos los textos que de alguna manera se podrían considerar que se adentran en el terror están marcados por la tradición cristiana.
Se han hallado textos de 1022 en los que se relatan episodios de posesiones demoniacas en una abadía francesa.

María de Francia (1162 – 1215). Se dedicó a recopilar leyendas de terror de tradición oral de Europa central. Como he explicado antes, en este periodo el monstruo por antonomasia era el hombre lobo. Hemos de tener en cuenta que por aquel entonces la rabia era una enfermedad muy común. Los infectados de rabia sufren algunas características que se han asociado a los licántropos. A saber: agresividad, espuma en la boca, enajenación mental, fuerza inusitada… Por otro lado, el hombre lobo adora la luna y los ciclos lunares, como hacen muchas de la religiones paganas que algunos grupos todavía practicaban a escondidas.
A modo metafórico, la idea del hombre lobo venía a explicar a la población lo que les podía pasar si realizaban prácticas religiosas contrarias al cristianismo.
En el siglo XIII se expande el género literario de la novela por Europa. A España llegó de la mano de Ramón Llull, con sus obras Blanquerna y Felix o El libro de las maravillas.
Las primeras novelas suelen ser relatos épicos en los que un malvado tiene sojuzgada a una damisela hasta que llega un héroe y la libera. Esta trama, con todas sus variantes, será la que se imponga durante varios siglos.
La novela Gótica surge como variante de la novela épica. Su característica principal es que el lugar donde se desarrolla la acción principal es una casa, mansión o castillo lúgubre y misterioso que influye en la trama. Bien porque es una metáfora de lo que los personajes están viviendo, bien porque es un personaje más que incluso puede tomar decisiones.

Los misterios de Udolfo (1794), de Ann Radcliffe. Se considera la primera novela con perspectiva psicológica. Vemos lo que pasa a través de los ojos de uno de los personajes que no está del todo cuerdo.
Frankenstein o el Moderno Prometeo

El verano de 1816, el matrimonio Shelley, compuesto por Percival y Mary Shelley viajaron a Villa Diodati en Suiza, a visitar a su amigo Lord Byron, que había tenido que huir de Inglaterra acechado por la justicia debido a sus numerosos escándalos.
El año previo, el volcán Tambora de Indonesia erupcionó de forma brutal, lanzando toneladas de material a la atmósfera. Aquel verano las cenizas viajaron por la estratosferas hasta Europa de manera que una nube oscura y opaca cubría los cielos e impedía que llegaran los rayos de sol. En este clima desapacible y oscuro, Lord Byron, el matrimonio Shelley y John Polidory, médico personal de Byron, mataban el tiempo leyendo relatos de terror.
Un día el anfitrión propuso un reto a sus invitados. A ver quien era capaz de inventarse la historia más espantosa. De aquel reto surgió un relato: el Vampiro que escribió John Polidori (curiosamente el único que completó el reto fue el que no se dedicaba a las letras de manera profesional). Y Mary Shelley perfiló el primer esbozo de lo que sería Frankenstein, la primera novela de terror como tal. (Hay quien la considera la primera obra de ciencia ficción también).

Mary Shelley era una mujer de clase alta británica, instruida y con muchas inquietudes. Interesada en las artes, la pintura, la música, escribía y era una apasionada de la ciencia.
En los albores del S. XIX se daban grandes avances científicos. Uno de los retos que ofrecían las nuevas tecnologías era el estudio de la electricidad. No es que la electricidad supusiera una novedad, pero sí que se descubrió cómo manipularla. En concreto se estudió la galvanización, ver qué efectos tenía la electricidad en los cuerpo, en concreto, dar vida mediante la corriente eléctrica. Hubo quien consideró el impulso eléctrico como el generador de vida, como esa chispa (nunca mejor dicho) que otorgaba la vida.
Pronto la comunidad científica descartó dicha posibilidad, pero hubo un investigador amateur de nombre Andrew Crosse que se dedicó a fondo al tema. Cobró cierta fama pues recorría los salones de Londres afirmando que había sido capaz de resucitar algunos insectos mediante la electricidad. Los científicas no le hicieron demasiado caso pues aseguraba que sus experimentos carecían de rigor científico. Sin embargo la iglesia anglicana sí que se lo tomó en serio.
Empezó a asediar a Crosse que pronto vio como su efímera fama se desvanecía y que perdía amigos y apoyos. A fin de acallar las habladurías y limpiar su reputación, permitió que varios exorcistas llevaran a cabo limpiezas espirituales tanto en sus laboratorios como en sus casa en el campo. Sin embargo nunca logró a recuperar el prestigio. Se hundió en la depresión, y murió a edad temprana. Su casa fue pasto de las llamas en un incendio nunca aclarado.
Al parecer Mary Shelley basó su personaje de Frankenstein, ese científico narcisista, emborrachado de sus propios conocimientos y habilidades, en la trágica figura de Andrew Crosse, al que conocía. (Recordemos que Frankenstein es el científico, no el engendro. Que por tanto, en la novela que escribió se dan dos monstruos: el muerto reencarnado y elaborado mediante trozos de otros cuerpos y el científico loco).
La novela fue publicada en 1818, dos años después de su primera gestación en villa Diodati. Causó gran revuelo en la sociedad británica. La mujer de Mary Shelley era una muchacha amable y bondadosa. Nadie se imaginaba como podía haber imaginado un monstruo tan perverso.
Escribió tres versiones de Frankenstein, cada vez más suavizadas. La última, la de 1832 es la que se considera definitiva actualmente.
La trama es de sobras conocida. Un científico vanidoso y con gran talento decide experimentar con la vida y la muerte. Recompone un cuerpo de retazos de cadáveres y mediante procedimientos secretos (en la novela no se especifica cuales). Logra lo inconcebible: dotarlo de vida. Horrorizado por su creación, el científico deja su experimento a su suerte. Enfrentado a una sociedad que lo detesta por su horroroso aspecto, el monstruo se llena de odio y frustración y se convierte en un cruel asesino que buscará ayuda en su creador.
La novela habla sobre los peligros de los avances científicos sin moral ni ética. También es una metáfora sobre los peligros que podía suponer la clase obrera, la nueva clase social surgida de la revolución industrial (segunda mitad del XVIII y primera del XIX) y que se enfrentaba a las clases acomodades. Por último hay quien ha querido ver en Frankenstein el terror de Mary Shelley ante la maternidad. La autora había perdido el hijo que esperaba meses antes de ir a Villa Diodati. En aquella época, perder hijos durante el embarazo era frecuente, y las tasas de mortalidad infantil eran muy altas. Frankenstein podría ser una manera de hablar del terror de una madre a traer una criatura al mundo sin saber qué será de ella.
Edgar Alla Poen (1909 – 1949)

Considerado como el padre del terror, Poe escribe sobre los miedos ancestrales. Los temores infantiles y poco fundados que todos sentimos (oscuridad, vacío, desconocido, muerte prematura, ahogos…), son sus temas preferidos. Expone emociones como el temor, el odio y maldad, prescindiendo de elementos morales o éticos, con el fin de resaltar lo mórbido junto a lo terrorífico. Además fue el creador de la novela policiaca. Su relato: Los dos asesinatos de la calle Morgue, en la que la trama se centra en la investigación criminal, se consideran el antecesor de la novela de crímenes.
Edgar Allan Poe fue un escritor americano nacido en Boston que representa al artista maldito por antonomasia. Tuvo una vida muy desgraciada. Se quedó huérfano a los tres años. Pasó por infinidad de orfanatos y casas de adopción hasta que con la edad de catorce años fue acogido por los Allan. Estos le ofrecieron unos buenos estudios y cierta estabilidad. Nunca quisieron adoptarle oficialmente, decisión que atormentaría a Poe durante toda su vida.
Quizás la mala relación que tuvo con su padrastro propició esa falta de apoyo. El patriarca de los Allan jamás quiso mantener al joven Edgar, debido a su mal carácter y su afición a la bebida y al juego. Poe vivió siempre en la miseria. Incluso su muerte está envuelta en el misterio. Falleció en el anonimato y arruinado. Y por aquellas cosas del destino los derechos de sus obras pasaron a Rufus Griswold, su gran enemigo literario. No fue hasta años después de su muerte que empezó a ser reconocido su talento. Ejerció la crítica literaria. Su lengua mordaz y mal carácter le granjearían la amistad de los escritores de su época, que tampoco ayudaron a impulsar su obra.
Baudelaire, el poeta francés con quien mantenía correspondencia y amistad, tradujo su obra al francés. Con su apoyo, Poe se hizo famoso en Francia. De ahí pasó al resto de Europa y finalmente a su país nata, Estados Unidos. Hoy en día Poe es uno de los autores más influyentes, ya no solo en el campo de las letras si no en otras artes, como el cine, la música, la pintura, la escultura.
Poe expresó siempre su intención a dedicarse a la escritura profesional. Esto supone una gran osadía (hoy en día lo es, imagina en el s. XIX). Su obra se fundamenta en sus relatos, genero del que llegó a ser un maestro. Los cuentos eran el tipo de escrito más comercial, pues podían publicarse en los semanarios y revistas especializadas. A lo largo de su carrera, Poe malvendía sus cuentos por cantidades ínfomas. Sus biógrafos explican que eligió escribir sobre temas de misterio y terror pues consideraba estos temas más comerciales. Personalmente creo que hubo mucho de personal en esa elección. Poe tiene una obra muy homogénea circunscrita al mundo tenebroso. Si fuera una elección meramente comercial, en algún momento habría escrito sobre otros temas de índole más personal. Y eso nunca se dio (excepto algún encargo que otro).
Su obra más exitosa en vida fue un tratado sobre moluscos. Un científico experto en este tipo de animales se ganaba la vida recorriendo salones e universidades hablando sobre moluscos. Le encargó a Poe la elaboración de un libro que pudiera vender tras sus charlas. Vendió entre 5.000 y 10.000 volúmenes. Hoy en día los ejemplares que quedan de ese tratado están valorados en miles de euros.
Considerado el padre de la narrativa de terror, es quizás el escritor del s. XIX más influyente. Borges, Murakami, Kafka, Cortázar, García Márquez… Son algunos de los autores que han reconocido su influencia en su obra.

La producción narrativa de Poe transfiere miedo e inseguridad frente a lo desconocido, pues relata lo cotidiano con aspectos metafísicos o sobrenaturales que desencadenan en hechos macabros, terroríficos y espeluznantes para exponer el desequilibrio mental de sujeto criminal. Demuestra un amplio dominio del horror, lo absurdo e inverosímil, con el fin de proporcionar un género y estilo acorde con la mentalidad del lector.
En su obra tiene mucho peso lo simbólico y onírico, heredado del mundo de los sueños. Sus relatos son más atmosféricos que no de tramas. Sus propuestas son ingeniosas, pero no tienen grandes giros sorprendentes y finales apoteósicos. Su literatura mete al lector en un ambiente malsano que va haciendo mella en su estado de ánimo hasta llevarlo a donde quiere.
Poe está obsesionado con la muerte. Sobre todo por la muerte femenina. Su mujer murió adolescente y esa imagen romántica de la fallecida joven que jamás verá su lozanía marchitada por la vejez queda reflejada en muchos de sus relatos. También habla de la muerte física y la descomposición de la carne. Otros de sus temas recurrentes es el del deseo y la culpa derivada de ello. Sus obras están escritas en su mayoría en primera persona, lo que predispone al lector asumir que el protagonista de sus trabajos es el propio Poe.



Época victoriana (1840 – 1900)

La conocida como época victoriana se define por ser uno de los periodos de máximo esplendor del imperio británico y por ser la época más puritana. Las férreas normas en cuanto a cuestiones de decoro que impuso el gobierno de la Reina Victoria abordaban todo el ámbito de las relaciones sociales. (Una de las normas que llegó a establecer abordaba la longitud de los manteles a fin de que a las mujeres no se les vieran los tobillos cuando se sentaban a la mesa). La moral era tan estricta que en la época victoriana la hipocresía se convirtió en la actitud más destacada.
Otra de las particularidades de este momento en cuanto a literatura de terror se refiere, fue el auge del espiritismo. Contactar con los espíritus pasó a ser una de las diversiones del momento. Todo lo oculto se popularizó. Médiums y personas que actuaban como puente entre diferentes dimensiones eran reclamadas en fiestas y eventos sociales en los que participaban personas de toda índole. Uno de los grandes creyentes del espiritismo fue Conan Doyle.
En la época victoriana aparecen en Inglaterra muchas escritoras que abordan la literatura de terror. Elizabeth Gaskell, Margaret Pliphant, Will Cather o las hermanas Bronte, desarrollaron su carrera en el ámbito del terror o incluyeron terror en sus obras.
En este momento surge literatura de terror que luego se convirtió en clásicos.
El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886). Robert Louis Stevenson
Esta novela ejemplifica como pocas la hipocresía y la doble moral reinante en la época victoriana. Según explicó el propio Robert Louis Stevenson, se inspiró en un político que durante el día actuaba como el perfecto caballero y por las noches era el perfecto pendón camorrista.
Según cuenta la leyenda a Robert Louis Stevenson se le ocurrió la trama tras una noche de pesadilla. Su mujer, alarmada por su inquietud lo despertó y él le recriminó por haber interrumpido un sueño tan revelador. Se puso a escribir y acabó la novela en 4 días.
El doctor Jekyll, paradigma del hombre sofisticado de sociedad, desarrolla una poción que tras beberla saca las bajas pasiones y los instintos primarios que la férrea educación mantiene ocultos y que pueden llevar a un hombre a cometer cualquier atrocidad.
Esta es una novela psicológica que refleja la dualidad humana entre el bien y el mal, entre la sofisticación y los instintos primarios, que diez años más tarde desarrollaría Freud en sus estudios psicoanalíticos sobre la mente. También habla del bien y el mal que habitan en una misma persona. A nivel más profundo, la novela refleja la lucha de clases, e incluso las disputas entre la Inglaterra poderosa y mundana y la Irlanda más rural.
Supuso un éxito al instante que luego fue incrementado por la versión cinematográfica.
Drácula (1897). Bram Stoker
Llegamos a una de las novelas míticas de la literatura de terror. Drácula es el personaje de ficción más imitado, copiado, utilizado y en definitiva más icónico de las letras.
Sin embargo, todo este éxito y toda esta aurea de novela mítica le costó mucho adquirirla. Drácula no fue objeto de estudio en las universidades hasta 100 años después de su publicación. Una vez más los expertos humanistas dejaban de lado una novela de terror por considerarla de segunda.
Recibió elogios de Oscar Wilde, que dijo que Drácula era la novela de terror más bella jamás escrita (Wilde no era muy dado a elogiar a otros escritores y él mismo había escrito una novela de terror: el retrato de Dorian Gray). Por su lado Conan Doyle la catalogó como la novela victoriana por antonomasia.
El joven abogado Jonathan Harker viaja a Rumanía para cerrar unos acuerdos comerciales con un aristócrata terrateniente. Allí es acogido por su anfitrión en un castillo apartado y decadente donde todo es misterioso. Poco a poco la figura de su anfitrión, que no es otro que el Conde Drácula, le resultará más y más acechante. Un día Drácula ve el retrato de Mina, prometida de Harker, que le espera en Londres. Creerá ver en el retrato de la muchacha al amor de su vida que falleció siglos atrás. Drácula viajará a la capital inglesa para seducir a la joven Mina, dejando un reguero de sangre en su viaje.

Bram Stoker. Creció al amparo de los cuentos y leyendas del rico folklore de su Irlanda natal que le narraba su madre, plagados de duendes, magos y otras criaturas fantásticas. Por lo tanto, desde muy tierna infancia bebió de esos seres mitológicos que no le eran ajenos.
Se trasladó a Londres donde había más posibilidades de encontrar un buen empleo. Trabajó en labores administrativas en diversas empresas, ocupaciones que alternaba con la escritura. Tenía algunos libros publicados de corte romántico que no tuvieron demasiado éxito.
Gestación

Una velada acudió al teatro a ver una de las obras de más éxito del momento: El Vampiro, versión del relato que John Polidori, médico de Lord Byron, escribió aquella velada en al que el díscolo aristócrata retó a sus invitados.
La obra causó una gran conmoción en Bram Stoker y se propuso escribir una obra de teatro de similares características, es decir de corte fantástico sobre vampiros. Empezó a leer de forma impulsiva novelas y leyendas sobre ese monstruo. El relato de Polidori presentaba al vampiro como un dandy, un ser elegante, educado, cortes, amable que utilizaba la seducción para atraer a sus víctimas. Otra de las novelas que llamaron su atención fue El Extraño de los Cárpatos de Karl Von Wachman, que muestra a un vampiro mucho más brutal, más violento y sanguinario que puede controlar la niebla y a los animales (lobos) e influir en la mente de sus víctimas. De Carmille de Sheridan Le Fanu le llamó la atención la ambiguedad moral del vampiro (en este caso, del género femenino).
Su conde Drácula tiene características de estos tres tipos de vampiros. Pero Bram Stoker anhelaba dotar a su personaje de profundidad psicológica, no quería que fuera un chupa sangres que lo único que busca es alimentarse. Se le ocurrió que ya que los vampiros son inmortales, que no eternos, el conde Drácula sería un ser de otra época y momento.
Origen del vampiro
La zona de los Cárpatos abundan leyendas sobre vampiros, así que le pareció un buen lugar como cuna de su monstruo. Contrató a un experto en historia y folklore húngaro (por aquel entonces los Cárpatos pertenecían a Hungría, no existía Rumanía como tal). Stoker contrató a un experto en historia y folklore del lugar para encontrar a un personaje histórico que sirviera de inspiración. Fue así como descubrió a Vlad Tepes, más conocido como Vlad, el empalador.
Tepes, príncipe de Valaquia y era cruel y sanguinario. Temido por sus enemigos, entre sus costumbres estaba la de empalar a los enemigos y traidores. Hemos de tener en cuenta que junto a otros señores feudales protegían la frontera oriental del cristianismo y siempre estaban a la greña con las voraces hordas musulmanas que querían invadir Europa. Stoker decidió que Tepes sería perfecto con inspiración de su vampiro. Además venía de una familia noble con raíces muy profundas que pertenecían a la orden del Drácul (Dragón). Lo bautizó como Drácula y le hizo protagonista de su novela.

Otro de los personajes que llamó poderosamente la atención de Stoker fue Erzsébet Bathory, condesa húngara considerada la mayor asesina en serie de la historia pues se calcula que acabó con más de 600 muchachas de la zona en un vano intento de arrebatarles la juventud y belleza.

El autor tampoco estuvo jamás en Transilvania. Lo más lejos que llegó según se tiene constancia fue Viena. Por lo que tuvo que documentarse mucho para retratar los paisajes centro europeos.
Como hemos dicho, Bram Stoker quería escribir una obra de teatro originariamente. Pero se dio cuenta de que debido a la trama que había urdido, no iba a ser muy factible llevarla al teatro, sí que optó por escribir una novela. Además, dado el alto contenido pasional de la misma y las limitaciones que imponía la época victoriana, consideró que la mejor manera de explicar su historia era mediante cartas y entradas de diarios, donde los personajes en la intimidad podrían expresarse con mayor libertad.
Drácula se publicó en 1897. Tuvo cierto éxito pero ni mucho menos la fama que ha alcanzado hoy en día. De hecho, Bram Stoker murió en 1912 sin que ningún diario se hiciera eco de su fallecimiento. Tuvo la mala suerte de morir cuatro días después del hundimiento del Titanic. Los diarios de la época solo hablaban del desastre. (Bram Stoker murió de sífilis, enfermedad de la que se contagió en un burdel. Curiosamente el autor era un gran moralista y defensor de la monogamia).
Roconocimiento
Drácula tuvo una segunda vida gracias al cine.

En 1922 Friedrich Wilhelm Murnau estrenó Nosferatu, apabullante éxito en los cines. La trama era la de Drácula, a la que el directyor alemán cambió el título pues no estaba dispuesto a pagar derechos. Florence Balcombe, esposa de Stoker y administradora de su legado literario, llevó a Murnau y a su Nosferatu a juicio y ganó. El juez ordenó que se destruyeran todas las copias de la película. Así se hizo y durante muchos años se consideró que esa joya del séptimo arte había desaparecido. En los años 80 se recuperó una copia recuperada de un almacén, se restauró y se expuso al mundo. Nosferatu resulta conmovedora y poética.

En 1930, se estrenó en el West End londinense una versión teatral de Drácula. Bram Stoker hubiera estado encantado de ver como su obra era llevada al teatro, tal como era su deseo inicial. De Londres pasó a Broadway, en Nueva York, y de ahí al cine, en Hollywood. El éxito de la película fue arrollador y catapultó la fama de la Drácula a la estratosfera. A partir de ahí surgieron infinidad de películas, obras, novelas, cómics, pinturas… Centradas en este famoso vampiro.
¿Qué hace de Drácula una novela tan significativa?
En el fondo se trata de una historia de amor. El Conde Drácula va a encontrarse con Mina y por el camino comente varias de sus fechorías. Muchos psicólogos ponen de manifiesto la auto responsabilidad de lo que les pasa a los personajes de la novela de vampiros, pues nosotros debemos darles permiso para entrar en nuestra casa, permiso sin el cual no pueden pasar. En definitiva, somos los culpables de lo que nos pasa.
Según Stephen King, otro de los elementos que hace de Drácula una novela tan intrigante es que el monstruo apenas sale. Aparece al comienzo, cuando recibe a Jonathan Harker en su castillo y al final. Luego se convierte en un fantasma, nunca mejor dicho, del que solo sabemos las (terribles) consecuencias de sus actos. Se convierte así en una amenaza en la sombra, no lo vemos pero sabemos que está ahí. En literatura resulta mucho más amenazador los que se intuye que lo que se muestra.
Drácula pone de manifiesto, una vez más, el enfrentamiento entre el viejo mundo, representado por el vampiro, anclado en tradiciones centenarias y privilegios, frente al nuevo mundo que empieza a surgir gracias a la era industrial, a los conocimientos científicos y nuevas tecnologías que representa Londres.
Howard Phillips Lovecraft (1890 – 1937)

Antes hemos dicho que Poe escribía sobre el terror de los miedos ancestrales. Podríamos decir que los autores de la época victoriana escriben sobre el terrores que nos causan los semejantes. Lovecraft inicia una nueva etapa que podríamos definir como terror a lo intangible.
Las figuras de Poe y Lovecraft tienen similitudes. Americanos los dos, ambos eran muy inteligentes, recibieron una educación esmerada, les atraía los tenebroso y vivieron en la miseria. Lovecraft venía de una familia acaudalada que se arruinó. Poe vivía con una familiar rica que en cierto sentido lo abandonó. Ambos desarrollaron toda su carrera dentro del genero del terror. Su obra se basa en cuentos Y al igual que el de Boston, Lovecraft también fue un gran desconocido en vida. Su obra empezó a ser reconocida después de su muerte. Los dos escriben obras muy atmosféricas, macabras, tétricas.
Lovecraft era un apasionado de la ciencia. Estaba muy al día de los avances científicos de la época, le gustaba mucho la física, la biología, la astronomía. Era muy introvertido y no se le daban bien las relaciones sociales. Era un ateo convencido y esa falta de creencias se transmite en toda su obra que podríamos definir como existencialista, en la que enfrente al individuo con la inmensidad el universo y de las fuerzas desconocidas que lo habitan. Es esta desesperada soledad que transmiten sus relatos lo que limita su público.

Muchos críticos consideran a Lovecraft un autor más de ciencia ficción que no de terror. Sus relatos están plagados de razas alienígenas y seres atemporales de otras dimensiones.
División de su obra
Periodo macabro / gótico. Obras de corte más clásico inspiradas por Poe. El extraño o Las Montañas de la locura.

Ciclo Onírico. Muy influído por Lord Dunsay, precursor de la novela de fantasía heróica que plagada de seres del floklore irlandes como elfos, enanos, gnomos. Lord Dunsay influyó mucho en la literatura de Tolkien y de J.R.R. Martin.

El periodo de los mitos de Cthulhu. A este periodo de nombre impronunciable pertenecen las obras más conocidas de Lovecraft. Es en esta época en la que ahonda en el terror cósmico y nos presenta esos grandes monstruos que llevan eones viviendo entre nosotros y que de pronto vuelven a la vida para sembrar el caos.

Otra de sus obras más conocidas y que pertenece a este periodo es El Color que cayó del cielo.
Al contrario que Poe, que criticó a todos los escritores coetáneos, Lovecraft tenía una gran relación con otros autores de la época con los que mantenía una gran amistad epistolar. Entre ellos compartían textos e inspiración. De hecho situaciones y personajes que aparecían en los relatos de Lovecraft eran luego utilizados por sus amigos con su beneplácito, e incluso por él mismo de manera que unos y otros fueron creando un universo propio, conocido también como cosmogonía.
Fueron dos de sus amigos los que al morir, fundaron una editorial Arkham que se dedicó a dar a conocer toda la obra de Lovecraft.
Una curiosidad
Una de las invenciones más famosas de Lovecraft es el Necronomicón. Se trata de un grimonio (libro de fórmulas secretas para acceder a conocimientos prohibidos) que aparece en diversos relatos de su obra. Incluso se llega a explicar su creación y que existen cuatro copias escondida en lugares secretos del mundo. El Necronomicón se hizo tan famoso que mucha gente da por cierta su existencia, por mucho que el propio Lovecraft admitió que se lo había inventado.

Y hasta aquí la primera parte de las novelas de terror.