Kazuo Ishiguro
El otro día cayó en mis manos Klara y el Sol. Llegó por casualidad. Hace muchos años los hados del destino me enviaron una novela que se convirtió inmediatamente en uno de mis libros de cabecera. Los restos del día, se llama. En ella Kazuo Ishiguro (Nobel de literatura 2017) explicaba la historia de un mayordomo que dejaba de lado su vida personal y familiar por atender a un lord inglés, entendiendo que consagraba su vida a un bien superior.
En 2005 el propio Ishiguro escribió una de las novelas más conmovedoras de los últimos años, Nunca me abandones. Los clones de unos niños vivían a la espera de que sus originales les reclamaran para ir sustituyendo sus órganos dañados por los de estos clones, que por consiguiente se veían cada vez más mermados física e intelectualmente. Los clones, a pesar de ser humanos completos con sentimientos y emociones, eran seres de segunda. Como el mayordomo de Los restos del día. Ambos precedentes tienen mucho que ver a mi entender con esta Klara y el sol.
En su última novela Isiguro da un paso más en ese sentido. ¿Somos mejores los humanos que las máquinas?
Trama
Klara y el sol trata sobre una robot, un modelo AA (amigo artificial), un robot niño (niña en este caso) de compañía para muchachos orgánicos. Klara aguarda en la tienda a ser adquirida. Desde el escaparate ve lo que pasa en la calle frente a ella. Destaca por su capacidad de observación y análisis. Mientras, recibe la luz del sol, que la llena de energía y fuerzas. Es adquirida por Josie, una chica de 14 años aquejada de un tipo de enfermedad de la que su madre se siente muy responsable. La misión de Klara será acompañar a Josie en los años previos a entrar en la facultad, si llega. Aunque, quizás Klara haya sido adquirida con otros propósitos que ella desconoce.
Una de las características que más destaca de esta novela es la ternura que destila. La mirada de Klara sobre lo que ocurre a su alrededor y la interpretación que da es limpia, sin malicia. Klara no es tonta, al contrario, es muy inteligente y comprende muy bien los pequeños matices que definen las relaciones personales. En ese sentido, el subtexto de la novela es muy importante y está muy bien resuelto. Cada gesto; cada mirada, cada entonación tiene un por qué. Al igual que haría una mascota, deseosa de complacer a su amo, Klara se desvive por atender a Josie y su entorno, a pesar de que no siempre sea correspondida como merece. El ser humano es complejo y mezquino.
Klara y el sol evidentemente no es una novela negra (de lo que suelo hablar yo por aquí, generalmente), se trata de una fábula, tiene algo de cuento infantil y la resolución de la trama principal es digna de un cuento de hadas. Un cuento de hadas existencial, eso sí. (Ishiguro explicó que la idea original era escribir un relato para los más pequeños). A la vez trata muchos temas que Ishiguro nos va planteando con la simplicidad de los grandes genios. El más obvio es la relación entre humanos y la tecnología. En un pasaje un personaje le pregunta a Klara: ¿cómo debo tratarte, como una persona o como una aspiradora? ¿Qué es lo que dota a un ser de dignidad? ¿Su origen? ¿Su conciencia? ¿Acabarán las máquinas por sustituir a los humanos en las tareas cotidianas? ¿Cómo se organizará la sociedad? ¿Será el fin del capitalismo?
Otro tema que subyace es el de la relación entre amo – sirviente. Como en casi todas las novelas de Ishiguro, los sirvientes son siempre mejores de los amos a los que sirven. Klara no es una excepción. No es que Josie maltrate a su AA, pero está centrada en su mundo, en sus cuitas, y Klara es solo un sirviente más. La sociedad es tremendamente injusta.
Las relaciones materno filiales es otro de los temas que trata la novela. La madre de Josie está aterrada por el futuro de su hija, tanto que llega a elaborar planes rocambolescos que afectaran a la propia androide. Por otro lado, Josie será muy crítica con el vínculo de dependencia que Rick, su amigo, establece con su madre. Los padres están ausentes. La amistad, el amor, las relaciones sociales, el medio ambiente (la naturaleza como salvación), el futuro de la sociedad, la importancia de los compromisos adquiridos… Sin plantearlo directamente, solo observando lo que sucede a su alrededor y relatando todo desde su ingenuidad, Klara nos mostrará un gran fresco de lo que somos y hacia dónde vamos.
Otro tema que toca es la obsolescencia, el fin, la muerte. Cómo abordar con serenidad ese momento fundamental de nuestra existencia.
Conclusión
Klara y el sol, es una experiencia maravillosa. Como todas las novelas de Ishiguro, está maravillosamente escrita. De lectura fluida y sencilla, pero llena de matices, no llama la atención por contener frases muy elaboradas ni pomposas. Todo es sencillo y eficiente, como la propia Klara.