El hijo de mi vecina está poseído, no encuentro otra explicación. Se pasa el día gritando. El otro día la madre lo llamó a la mesa y el niño le respondió: se va a comer esa mierda de estofado tu puta madre. Así como lo cuento. Yo me quedé muerto.
-Ramón, deja de pegar patadas al señor -dice la mujer cuando nos encontramos en el ascensor.
-Tirad vosotros. Que me apetece mucho subir los cinco pisos a pie cargado con la compra -le digo a la madre, que suficiente tiene la pobre con lo que tiene.
Y luego esos malos modos… Pero lo más sintomático, lo que me reafirma en que está poseído de verdad, es la música que pone. Está todo el santo día escuchando al Fary a todo volumen. Carabirubí, El morito Juan, La mandanga… Y lo que es peor, él niño también las canta. Y reconozco que no lo hace mal, que Dios me perdone. Estaba yo tendiendo la ropa y le oí cantar el Torito guapo y a la que me di cuenta, estaba siguiendo el ritmo con los pies. ¡A ver si me está poseyendo a mí también!
El niño poseído
El niño poseído es otro pequeño relato de los que se me ocurren, anécdotas que me suceden y / o comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras. Con motivo de la proximidad de todos los santos, halloween, castanyada o como quieras llamarlo estoy subiendo una serie de microrrelatos para ponernos en situación. En este caso una reflexión sobre los cruceros y las vacaciones en el mar.