Filicidio
El caso Bretón fue un filicidio en toda regla. Filicidio es el asesinatos más atroz que se pueden cometer. Que un padre acabe con la vida de su/s hijo/s es seguramente el crimen más terrible en esta sociedad en la que vivimos. Mucho peor que el parricidio, que es cuando un hijo atenta contra la vida de sus progenitores. A los padres se les supone una devoción absoluta y un amor ilimitados por su descendencia. Que quien debe verlar por tu vida sea el que te la arrebate suena abominable. Y más cuando tus hijos son de corta edad, confían ciegamente en tí y no tienen medios para defenderse.
Como siempre digo, a los autores de novela negra se nos suele acusar de que nuestras tramas son inverosímiles. En esta ocasión voy a hablar de un crimen terrible, el conocido como Caso Bretón, que lleno horas de televisión, páginas de diarios y se convirtió en trending topic durante semanas. Caso Bretón
Los protagonistas
Ruth Ortiz y José Bretón se conocen en Córdoba en 1998. Él es oriundo de la ciudad, ella estudia veterinaria en la facultad califal. Empiezan a salir. José es un novio solícito, bien arreglado y muy pulcro. Ruth comprobará a lo largo de su matrimonio que esas cualidades que tanto aprecia en ese primer momento no son más que rasgos de una mentalidad que poco a poco se mostrará obsesiva y manipuladora.

Caso Bretón
En su adolescencia, José Bretón intentó suicidarse con 17 años cuando una novio lo rechazó, dando muestras de una mentalidad inestable. Caso Bretón
Cuando conoció a Ruth Ortiz era cabo en el ejército y estuvo destinado en Bosnia como conductor de ambulancia. De regreso a España intentó entrar en la Guardia Civil pero no lo logró debido a su baja estatura. Este rechazo afectó negativamente a su carácter.

Caso Bretón
Matrimonio
El matrimonio Bretón – Ortiz decide fijar su residencia en Córdoba, cerca de la familia de él. Ruth empieza a comprender que su marido es muy controlador y obsesivo. Ella es una mujer inteligente y no le da ningún motivo de disputa hasta que le expone un tema que para ella era muy importante: considera que había llegado el momento de ser madre, uno de los proyectos vitales que habían comentado mientras eran novios. José Bretón no se lo toma bien, no le gustan los niños y responde que si se queda embarazada será ella la responsable de cuidar a los críos pues él no quiere saber nada. Teme que sus posibles hijos sean una interferencia entré él y su mujer, a la que quiere para sí.
Ruth se queda embarazada de una niña primero, a la que llaman Ruth, y de un niño cuatro años más tarde, que bautizan con el nombre de Jose, como su padre. En 2010 Bretón se queda sin trabajo, viven del sueldo de Ruth por lo que es él quien se tiene que encargar de la casa y de los niños, lo que supone un mazazo a su personalidad machista. Caso Bretón
Los problemas
Bretón se vuelve cada vez más controlador, posesivo y desconfiado. Pretende apartar a Ruth de su familia y amigos. Ruth toma conciencia del carácter perturbado de su esposo cada vez más arisco. La gota que colma el vaso es el trato poco cariñoso que dispensa a sus hijos. En septiembre de 2011 Ruth se separa de su marido y le anuncia su intención de divorciarse. Ella regresa Huelva, su ciudad natal, donde ha conseguido un trabajo y él se queda en Córdoba. Pactan un régimen de visitas: cada dos fines de semana el padre se llevará a los niños a su casa. Bretón maquina entonces su venganza. Caso Bretón
Sin trabajo y sin mujer, entra en una espiral depresiva. Está enfadado e irritable. Acude al psiquiatra, que le receta calmantes y somníferos que luego resultarán fundamentales en el crimen. Le ayuda su familia a tirar adelante. Cuando tiene a los niños, suele llevarlos a visitar a sus abuelos y primos. Empieza a frecuentar una finca que tienen sus padres en una urbanización cercana a Córdoba que tiene por nombre: Las Quemadillas. Allí lleva a cabo algunas actividades inusuales, como el acopio de grandes cantidades de leña y bidones de gasolina. Caso Bretón
Los niños
El viernes 7 de octubre de 2011 Bretón va a recoger a sus hijos a Huelva. Los críos están en casa de su abuela, pues su madre se encuentra trabajando. Bretón le comenta a su exsuegra que es la última vez que va a ver a sus nietos. Caso Bretón
Al día siguiente por la tarde, Bretón avisa a la policía de que en un descuido ha perdido a sus hijos en La Cuidad de los niños, un gran parque con instalaciones para los críos de la ciudad de Córdoba.

Ruth, la madre, declaró a la policía que cuando Bretón le llamó para decirle que había perdido a los niños ella supo en ese que no los iba a volver a ver. Caso Bretón
La policía monta un gran dispositivo para buscar a los críos que resultara infructuoso. Las fuerzas de seguridad contemplan todas las opciones: perdida, muerte, secuestro y asesinato de los pequeños. Aparecen los primeros indicios extraños: las cámaras de seguridad distribuidas por el parque no muestran a los niños mientras que a su padre sí. Caso Bretón
La investigación
La policía pregunta a Bretón todos los detalles de lo que hizo ese día. El padre empieza a caer en contradicciones. En una de sus versiones, admite haber visitado Las Quemadillas. A pesar de la negativa de Bretón, la policía insiste en visitar el lugar y encuentran un montículo de brasas todavía incandescentes. Bretón explica que estuvo quemando ropas y fotografías y recuerdos de su ex mujer. Los vecinos informan que de la finca salía mucho humo muy negro y un olor como de carne quemada. Las incongruencias se agolpan. La geolocalización del teléfono sitúa a Bretón en la finca cuando éste insiste que estaba en el centro de Córdoba.
Veinte días después de la desaparición de los pequeños, la policía detiene a Bretón por el presunto asesinato de sus hijos. Ingresa en prisión incondicional sin fianza a la espera de juicio. Desde entonces mantiene su inocencia e insistirá a las autoridades que busquen a los niños. Sin embargo su actitud en la cárcel es poco discreta y sigue hablando mal de su mujer, a la que le desea lo peor. Uno de los detalles de convivencia que llama la atención de sus compañeros de celda es que en su litera no tiene fotos de sus hijos o familiares, si no de mujeres desnudas. Caso Bretón
El juicio
El 17 de junio de 2013 da inicio el juicio. Caso Bretón
Uno de los momentos estelares del proceso ocurrió cuando el antropólogo forense Francisco Echevarría determinó que en los rescoldos de la hoguera de Las Quemadillas encontraron restos óseos humanos de personas de seis y dos años, edades de los niños al desaparecer. Este informe fue muy controvertido pues los propios forenses de la policía habían dicho anteriormente que los restos encontrados pertenecían a pequeños animales.

Caso Bretón
La acusación particular sugirió que la pira, que Bretón había reforzado con unas planchas metálicas para hacer subir la temperatura, estaba preparada para los niños y también para Ruth, a la que Bretón había llamado insistentemente durante aquel día. El cerco alrededor de Bretón se estrecha. Caso Bretón
La declaración que lo precipita todo.
La declaración de Juan David Lopez, amigo de Bretón y primo de Ruth Ortiz dio la puntilla al acusado. Juan David Lopez fue a visitar a Bretón a la cárcel y declara que el padre de los niños le dijo que su mujer se había buscado todo lo que le estaba pasando y que no iba a ver a sus hijos nunca más en la vida. El primo de Ruth Ortiz le preguntó si los niños estaban muertos a lo que Bretón respondió afirmativamente con la cabeza. Juan David López se mostró totalmente escandalizado. Entonces Bretón comentó que sabía lo que hacía, que la policía no tenía ni idea de dónde buscar (todavía no se habían analizado los restos de la hoguera de las quemadillas). Bretón en su admisión de los hechos, comentó que le gustaría contar la verdad y que se acabara aquello de una vez, pero tenía un problema: no sabía cómo explicárselo a su padre.

Caso Bretón
La condena
22 de Julio de 2013 la audiencia provincial de Córdoba condenó a Bretón a 40 años de prisión por la muerte de sus hijos, de los que cumplirá 25 años. El momento más dramático del juicio se vivió cuando los péritos forenses no supieron responder a la pregunta de si los niños estaban con vida cuando su padre los echó en la pira o ya estaban muertos. Es probable que los hubiera sedado o incluso envenenado con los medicamentos que le recetó el psiquiatra pero no lo pudieron asegurar. Caso Bretón
La controversia
Los restos encontrados en la hoguera crearon mucha polémica. En un principio los peritos forenses asignados al caso los analizaron y llegaron a la conclusión de que pertenecían a pequeños roedores y aves y que no eran significativos para la investigación. La acusación particular de la familia Ortiz pidió un segundo estudio al destacado antropólogo forense Francisco Echevarría, que redactó un informe en el que no dejaba lugar a dudas: los huesos encontrados entre las brasas eran humanos y pertenecían a niños de seis y dos años, contradiciendo así el informe policial.
Ese error garrafal ocupó portadas en los diarios de la prensa durante varios días, no era para menos. Una de las pruebas de cargó estuvo a punto de irse al traste por una negligencia de la investigación. Las redes ardían de comentarios indignados. Se llegó a señalar qué persona analizó los huesos, que tuvo que tomarse unos días de descanso por la presión social. La policía acabó dando por válido el informe del doctor Echevarría e intentó pasar página lo antes posible.
Prisión
José Bretón está encerrado en la prisión de Herrera de la Mancha, donde acaban recluidos los presos que delitos que mayor rechazo social, como Miguel Carcaño, asesino de Marta del Castillo, Toni King, asesino de Rocío Wanninkhof o Patrick Nogueira, el descuartizador de Pioz, del que he escrito otro artículo en este mismo blog.
Bretón es un preso modélico que se ha adaptado bien a la dinámica de la cárcel y que no causa problemas. Actualmente ayuda en la enfermería y los funcionario de prisiones lo describen como anodino.
En septiembre de 2021 el diario El Mundo desveló en un artículo que en el marco de una terapia grupal a la que acuden los presos, Bretón por fin admitió el filicidio.
Estoy aquí por haber asesinado a mis hijos. A mí José y a mi Ruth. Nada más hacerlo me arrepentí, siempre negué el crimen hasta hace 3 años en que decidí dar el paso y quitarme de encima el peso de tener que mentir. He intentado suicidarme varias veces, pero ni para eso sirvo. Estuve 15 días planeándolo todo porque quería hacerle daño a ella. Tranquilos, los niños no sufrieron, yo jamás les haría daño.
Si quitarle la vida a un hijo no es hacerle daño, por favor, que alguien me lo explique. Y aunque los crios estuvieran ya muertos, ¿cómo de retorcida debe ser la mentalidad de una persona para echar en una hoguera los cuerpos de tus propios hijos pequeños? Hay aspectos de la psicología humana que se me escapan.
Bretón ha pasado diez años en prisión. En breve empezará a disfrutar de permisos penitenciarios. Los pequeños no tendrán esa suerte. Ruth Ortiz jamás podrá pasar página de este crimen horrible que acabó con la vida de sus hijos.