Una buena amiga me dijo que ella y su chico utilizaban juguetes en sus encuentros eróticos. (Es más, me confesó que ella no alcanzaba el climax sin su satisfier. Al parecer, su novio era complementario). Tanto entusiasmo puso que me picó la curiosidad y pedí a Santa Claus el Masturbator Power 3000 de última generación. Y como soy tan buen chico, Santa cumplió. Para sacarme a mi madre de encima le dije que era un aparato que absorbía la grasa de la barriga sin darle mas explicaciones.
Después de utilizarlo en un par de ocasiones y a fin de que IG no me cancele la cuenta, solo puedo comentar que precisé de grandes dosis de bepanthol para calmar la irritación que me dejó. Tras limpiarlo pulcramente, acabó en el fondo del armario antes de fin de año.
Cual no fue mi sorpresa que anteayer al llegar a casa me encontré a mi madre y mi tía con las blusas arremangadas y pasándose el masturbador por la zona abdominal.
-Hijo, ¿cuanto tiempo hay que tener esto puesto? -preguntó mi madre algo atribulada y temblorosa mientras intentaba controlar la máquina. (Debo decir que a máxima potencia
el Power 3000 produce un efecto balanceo que lo hace dificilmente manejable).
Para más desconcierto habían escogido el cabezal que simulaba un orificio anal de entre los disponibles.
Le arranqué el masturbador de las manos entre cohibido y enojado mientras mi tía decía: lo ves como no es para chupar la grasa!!! Lo dejé en la calle sobre un contenedor. A los cinco minutos me asomé a la ventana y había desaparecido.
Masturbator Power 3000
Masturbatos Power 3000 es otro pequeño relato de los que se me ocurren, anécdotas que me suceden y / o comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras. Es es un buen ejemplo de lo que no siempre los regalos de navidad son lo que realmente necesitamos, por mucha ilusión que nos haga.