Preparando esta reseña sobre La mujer en la ventana de A.J.Finn me he topado con la noticia de que Amy Adams va a protagonizar la versión cinematográfica de la novela. Me parece una elección muy acertada. Además de ser una actriz muy solventa, Adams aporta ese punto de vulnerabilidad y fortaleza tan difícil de conseguir. Estaba genial en Sharp Objetcs, así que los papeles de mujer inestable con tendencia al alcohol los borda. Será una fantástica Anna Fox.
Pero centrémonos en esta novela negra que es lo que importa.

La mujer en la ventana. Sinopsis.
Anna Fox sufre agorafobia así que se pasa la vida recluida en su fabulosa casa en la zona de Harlem, Manhattan.
Sus días transcurren entre chatear con desconocidos que sufren su misma dolencia, ver películas antiguas, recordar tiempos mejores, emborracharse y espiar a los vecinos con una cámara de fotos con teleobjetivo. No está mal.
Una noche, perturbada por vapores alcohólicos enturbiados por la ingesta de psicotrópicos, ve una situación algo confusa en una casa vecina que implica un cuchillo y mucha sangre. Desde ese momento todo su mundo se resquebraja y sus propios demonios salen a la luz.
¿Qué es lo que ha visto? ¿Lo ha imaginado? ¿Corre peligro ? ¿Quién está manipulándolo todo?
¿Te le suena esta trama? Pues sí. La editorial lo vende como un homenaje a La Ventana Indiscreta, relato de Cornell Woolrich de 1942 llevado al cine por Hitchcock en 1954 con James Stewart y Grace Kelly, en el que descaradamente se inspira.

La mujer en la ventana. Comentarios.
No me parece mal esta coincidencia de puntos de partida. Hoy en día consumimos tanta ficción que es fácil encontrar ciertas similitudes en diferentes propuestas. También me gusta el domestic noir, esas historias de suspense que suceden dentro del ámbito familiar y que se resuelven por el empeño de gente corriente. Pero la trama que Cornell Woolrich liquida en un puñado de cuartillas, a A.J.Finn, autor de La mujer en la ventana, le toma 537 páginas.
Y es que La mujer en la ventana tiene vocación de ser un thriller psicológico, una obra con pretensiones. Por ese motivo nos atiborra de información sobre el día a día, mejor dicho el hora a hora, de la protagonista.

Tanto detalle personalmente se me hizo indigesto. Es cierto, es de lectura fácil y Finn utiliza trucos de género para mantenernos en vilo (capítulos cortos con finales en el punto álgido), pero tanto texto no aporta profundad psicológica al personaje. En La mujer en la ventana no pasa nada de nada hasta la página 130 más o menos. Esa es la duración de una novela de George Simenon, perfiles psicológicos incluidos.
Hay historias, hay personajes, a los que sienta bien ese cocerse a fuego lento, pero me temo que ni La mujer de la ventana ni su protagonista, lo merecen. Reconozco que Anna Fox no me resulta simpática. Sí, empatizo con su malestar y su enfermedad, pero por lo demás me parece una pija autocomplaciente bastante plana. Mientra leía La mujer en la ventana no podía quitarme el recuerdo de aquel libro que estuvo tan de moda hace unos años llamado Más Platón y menos prozac. Pues eso.
También me cansan un poco las novelas de suspense donde los protagonistas abusan del alcohol. En las tres últimas que me he tragado (Némesis, El hombre de Tiza y esta) los roles principales tienen serios problemas con la bebida. ¿No hay maneras más originales de mostrar personalidades frustradas y confusas?
Por otro lado, las dos grandes sorpresas que presenta la novela son más que predecibles. No soy un lince en esas cuestiones y las vi venir con bastantes páginas de antelación. Otros lectores más avezados descubrirán esos giros a las primeras de cambio.
La mujer en la ventana: el autor.
A.J.Finn es el pseudónimo de Dan Mallory. Ha trabajado en el mundo editorial, especializándose en la edición de novela negra y thriller. Él mismo sufrió también un episodio de agorafobia, por lo que sabe de lo que habla.
La mujer en la ventana es su primer novela. Explica Finn que envió el manuscrito a la editorial en la que trabajaba con pseudónimo pues no quería que supieran que la había escrito él. Y la editorial decidió publicarla sin conocer al autor. Y yo voy y me lo creo.

Se nota que viene del mundo editorial y sabe vender novelas porque La mujer en la ventana está escrita para eso, para vender. Es un producto de márketing tan efectivo como intrascendente.
La mujer en la ventana: resumen.
LO MEJOR: La trama es interesante. Todo sucede en un único escenario, la casa, y con un puñado de personajes. El ritmo pausado fomenta el suspense. Es de fácil lectura.
LO PEOR: Es larga en exceso. Sobran a mi entender como 200 páginas de descripciones. Es previsible. Resulta intrascendente.
LA PREGUNTA: ¿Por qué no hay ninguna foto del autor en el libro?
VALORACIÓN: 6/ 10