¡Qué complicado está lo de encontrar a alguien normal! El otro día tomé café con un profesor de universidad, agradable, educado y limpio. Es cierto que de vez en cuando parecía no encontrar la palabra precisa en castellano y la soltaba en italiano. O preguntaba: Come si dice questo? Me extraño, pues él era andaluz, pero me explicó que se pasó de los 11 a los 17 años en Italia y tan fuerte resultó la experiencia que pensaba en italiano. Como el conjunto prometía, decidí pasar por alto aquel snobismo. Al cabo de un rato sonó su teléfono. Era su madre y debía contestar, me dijo. Para mi pasmo empezó a chapurrear un italiano de lo más macarrónico. Me recordaba a Raffaella Carrá cuando presentaba “Hola Raffaela” o a Martes y 13 imitando a Sofía Loren. Sonaba falso, absurdo y cutre. Cuando colgó le pregunté si su madre era italiana y me explicó que no, que era de Granada (de Graná, dijo), pero que aquellos 6 años italianos los llevaba grabados a fuego en su corazón. De acuerdo: él era gilipollas, pero ¿y la madre?
Esta tarde voy a su casa. Le pedí a un amigo Simone que me enseñara 4 guarrerías en italiano, no vaya a ser que con la tontería me quede a dos velas. O a due candelle.
Italianini
Otro pequeño relato de los que se me ocurren, anécdotas que me suceden y / o comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras. En esta ocasión, una curiosa experiencia que tuve con un chico de Granada que al parecer le gustaría ser de otro sitio. Italianini
Espero que te guste.
Foto de Lisa Fotios en Pexels