Hace años, Carmen Maura sugería en un anuncio que “tacita a tacita” podrías conseguir tu objetivo. Hace unas semanas leí una noticia que me trajo a la memoria ese slogan. Italia, una oficina de una empresa que amenazaba a sus trabajadores con hacer reducción de plantilla a fin de que rindieran más. Alice y María eran compañeras de mesa. María se ofrecía siempre a ir a por los cafés de media mañana. Un día, Alice se empezó a encontrar mal. Sus dolencias fueron a más, tanto así que una tarde se desvaneció y tuvo un pequeño accidente de coche.
Los días de convalecencia en casa no padeció ninguno de los síntomas. Fue al volver al trabajo cuando sus dolencias regresaron. Mareos, náuseas, somnolencia. María insistía en llevarle su capuccino diario. ¿Qué mal te puede hacer? A Alice le escamó tanto interés y mandó analizar el café. Contenía ansiolíticos para tumbar a un caballo. Alice no daba crédito; su compañera la estaba envenenando. María alegó que solo luchaba por su puesto de trabajo tacita a tacita. Le han caído 4 años.
Tacita a tacita
Vivimos en un mundo tan competitivo que a veces no quedan claros los límites. Este es otro pequeño relato de los que se me ocurren, anécdotas que me suceden y / o comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras.