Bienvenidx al blog de Nacho Zubizarreta.
Pues eso. Nacho Zubizarreta es mi nombre. ¿Si pudiera elegir, me habría puesto ese nombre? No. De niño no, eso seguro. De niño odiaba mi nombre. Quería llamarme Javier, en serio. Qué anodino, ¿no? A ver, no es que Javier esté mal. Es un nombre bonito y sonoro, pero es mucho más común. Y todos queremos ser diferentes dentro de la norma. Ahora Nacho me está bien.

Me contó una amiga que tenía una compañera de clase que se hacía llamar Stacy O’Ryan (lo del apostrofe lo he añadido yo para darle un aire más glamuroso). Quería a ser actriz y ganar un oscar. Iba muy fuerte la chica, estaba super motivada. Consiguió que sus amigas del cole le llamaran Stacy. Lo del Oscar, creo que le está costando más.
Yo también quise ser americano de adolescente. Me avergüenza admitirlo, pero de niño vi una pelí de los Village People (sí, ya apuntaba maneras) que se llamaba: ¡Qué no pare la música! y me encantó. Yo quería ser uno de ellos, vivir en ese Nueva York tan guay, y hacerme super amigo de Valerie Perrine, una actriz secundaría que actuaba en el fim y era tope enrollada. Vi la peli como 6 veces. Ahora es diferente. Ahora todo es diferente. He tenido la oportunidad de estar en Nueva York cuatro veces y no es como la de Village People. Se parece más a la de Taxi Driver.
A veces creo que lo de Nacho ya no me pega. Nacho es para niños, o para chicos jóvenes. Pero un tío cincuentón ya… No sé. Lo cierto es que sólo mi madre me llama Ignacio. Y lo hace cuando se cabrea. Y se me haría raro. Para todo el mundo soy Nacho. A los extranjeros, sobre todo a los yankees, les hace mucha gracia. Like the mexican food? Me preguntan. Yes, yes, like mexican food les respondo con una sonrisa mientras por dentro pienso que son gilipollas.
Tampoco me gustaba mi apellido. Zubizarreta. Nacho Zubizarreta. Tenía que repetirlo miles de veces y mis compañero de clase me hacían bromas. Me llamaban butifarreta. No, no sufrí bulling, eran bromas de críos. Luego apareció ese portero de fútbol y mi apellido se hizo famoso. Hace un par de años fui a Londres y en el control de documentos, en el aeropuerto, el agente al leer el mi carné de identidad levantó la cabeza y me preguntó si era familia del «goalkeeper». Le dije que no, claro. Pero aún así me dejó pasar.
Una vez, un verano en Alicante, con mis primos, nos presentamos en el hotel donde estaba concentrada la selección española de fútbol. Preguntamos por Zubizarreta y dijimos que eramos sus primos. Claro, no nos hizo ni caso. Seguramente nos hubieramos quedado muertos si llega a aparecer por ahí. Nuestro plan A era que no nos hiciera ni caso.
Ahora mi nombre me gusta. Nacho Zubizarreta. Suena potente. También me gusta Ignacio Zubizarreta, aunque me parece demasiado señorial. Y yo soy un chico tan humilde… Nací en Barcelona aunque indudablemente tengo orígenes vascos. Hay gente que se siente en la libertad de llamarme Iñaki. Lo detesto. No el nombre en sí, si no las personas que se toman libertades sin apenas conocerte.
Bueno, quéda claro lo del nombre, ¿no? Pues aquí además encontrarás información sobre mí, sobre mi obra, así como contenido general del denominado género negro, que no es otra cosa que las novelas (o películas o series) policiacas, de asesinatos, de suspense, thrillers, de misterio, noir… -la acepción es enorme- que es a lo que me dedico.
También es un blog con noticias y textos curiosos. El acceso al blog lo tenéis en la barra lateral.