Tan hermosa cómo gélida, Mónica vive por y para la belleza y es quizás el personaje más inquietante de mi novela negra Ni un instante de paz. Exquisita y distante, es la mano derecha de Igor Nin, uno de los mayores virtuosos del piano mundial. ¿Qué pinta esta mujer, acostumbrada a los lujos y rodeada de gente elegante, en una trama tan sórdida de asesinatos y bajas pasiones? Amigos, ni los más ricos se libran de la tiranía del deseo y el poder.
