En casa estamos de celebración: el microondas cumplió el otro día 30 años. Forma parte de los electrodomésticos que mi madre compró cuando se mudó a Sitges en 1991 y todavía resiste. Es grande, ocupa media mesa y ha perdido los indicadores del panel de mandos. Pero sus dos opciones, microondas y grill, así como el plato giratorio y la bombilla interior siguen operativos. Hace poco el vidrio de la puerta empezó a desajustarse. Apliqué pegamento al cristal y para mi sorpresa el apaño funcionó y ahí sigue, tan ruidoso como siempre. Seguramente mucha gente piense que deberíamos cambiarlo por uno nuevo, más bonito, ligero y silencioso, pero a mi me gusta este viejo cascarrabias, que lleva calentándome el café desde hace más de media vida. Además es un pequeño símbolo contra el consumismo que domina nuestras vidas. Es de la marca Whirpool, que no se si existe todavía. Lo comento porque creo que es de los pocos electrodomésticos hoy en día que no tiene obsolescencia programada de fábrica. Un pequeño gesto que estoy seguro que el planeta agradece.
El microondas
El microondas es otro pequeño relato de los que se me ocurren, anécdotas que me suceden y / o comentarios sobre mi persona plasmados en menos de 200 palabras. Es es un buen ejemplo de que si no fuera por la obsolescencia programada, nuestros electrodomésticos durarían mucho más, con o que evitaríamos cargar al planeta con más desperdicios.
1 comentario en «El microondas»
Mi primer microondas de hace años acabo por tirarme la luz de toda la casa, funcionaba pero al rato me dejaba sin luz, por suerte pude encasquetarselo por unos euros a los del Cash Converters de al lado de mi casa, como a ellos no les tiraba la luz me lo acabaron comprando. Luego me compre otro microondas y sin problemas.
La marca Whirlpool sigue existiendo.