Novela Negra I

Detective amenanza

La novela negra (del francés: Noir), novela de suspense, novela de misterio, novela policiaca… Hay cientos de formas de denominarlo. Raymond Chandler lo llamó hard-boiled (algo así como muy hervido) en su ensayo El simple arte de matar (1950). En definitiva nos referimos a aquellas novelas (o relatos, películas, series, cómic, etc) que reflejan el mundo del crimen.

Detective de Novela Negra
¿Quién es el culpable?

Introduccion

¿Por qué novela negra? El nombre se debe a la editorial francesa Gallimard que en 1945 sacó colección de novelas policiacas bajo en nombre de Série Noire de gran éxito. También se da la coincidencia que en Estados Unidos la revista Black Mask (Máscara Negra) publicaba relatos policiacos (además de otros géneros) con gran éxito. Lo que es cierto es que el carácter tenebroso y los ambientes sórdidos que refleja la novela criminal se pueden asociar fácilmente a lo «negro, lo oscuro».

Pistolero en la novela negra
«Al quitarles la vida, los conocí en los momentos más exquisitos de su existencia», James Ellroy

Características de la novela negra

En la novela negra se sucede un acto criminal (asesinato, robo, secuestro) y la trama se vertebra alrededor de la resolución de ese misterio. Las obras poseen todas ellas una línea común que otorga cohesión a esta modalidad literaria, pero, al mismo tiempo, son tan diferentes entre ellas como distintos son los numerosos autores que han cultivado, y cultivan, este tipo de narrativa.

Originariamente las novelas policiacas mostraban los hechos y la investigación llevada a cabo por el detective de turno sin excesivo cariz social. A medida que el género fue evolucionando, fue haciendo un mayor énfasis en la vida y motivaciones del delincuente así como en las raíces socioculturales de la delincuencia, derivando en la novela negra actual. Su auge se produce durante las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos. La crisis desatada tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Gran Depresión de 1929 crean una atmósfera asfixiante que da lugar a historias policíacas inspiradas por la entrada en vigor de la ley seca (1920-1933) y el subsiguiente desarrollo del crimen organizado y el gansterismo.

Se difunde en colecciones populares como pulp, el hard boiled o el thriller (suspense) que tiene gran acogida entre el público trabajador o proletario, por lo que su lenguaje no abunda en florituras, existe una genuina preocupación social, ambientación, descripciones naturalistas, urbanas en ambientes marginales como el hampa y los suburbios, pero también en los aparentemente más vistosos de la corrupción política y moral. El relato criminal puede además mezclarse o hibridarse incluso con la novela fantástica, la ciencia ficción o la novela histórica.

La escuela americana de novela policiaca se caracteriza por un desarrollo de la acción rápido, movido y frecuentemente violento. El crimen se devuelve en ambientes degradados y la resolución de los mismos no es un objetivo primordial, sino la excusa para hablar de la motivación moral. Tanto el detective como los criminales cruzan a menudo la barrera entre el bien y el mal, pero el detective se muestra muchas veces como un personaje fracasado y cínico que termina salvándose apenas por los pelos merced a un rudimentario sentido del honor personal. La motivación o móvil de los crímenes es siempre alguna debilidad humana: rabia, ansia de poder, envidia, odio, codicia, lujuria, etc. Por esto aparece en los diálogos un lenguaje crudo, a menudo el slang callejero, y se da más importancia al desarrollo de la acción que al análisis del crimen, aunque también importa una descripción naturalista y a veces impresionista de la sociedad donde, más que nacen, se hacen los criminales junto a una reflexión, casi siempre no explicitada, del deterioro ético.2

Por su lado, la novela de crímenes inglesa (sobretodo la de la primera mitad del S.XX) es más intelectual, inquisitiva y clasista. Las tramas se basan en el descubrimiento del criminal. Se desarrollan en ambientes refinados, cerrados normalmente, de la alta sociedad. Y los malhechores suelen ser personas de clases inferiores, a menudo, extranjeros.

El protagonista suele ser un investigador, bien agente de la ley (Maigret de Georges Simenon), detective (por ejemplo, Carvalho de Vázquez Montalbán o Hercule Poirot de Agatha Christie), periodista (Gálvez de Jorge Martínez Reverte), abogado (Perry Mason de Erle Stanley Gardner), criminalista aficionado (Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, la Miss Marple de la ya mencionada Agatha Christie, el padre Brown de G. K. Chesterton, el viejo del rincón de Emmuska Orczy, el profesor de literatura Gervase Fen de Edmund Crispin, el recluso Isidro Parodi de Honorio Bustos Domecq …) que investigan un hecho o una serie de acontecimientos que se han producido entrevistándose con los personajes implicados o examinando las pruebas e indicios que han quedado del crimen. Inversamente, también puede tratarse de un delincuente que trata de librarse de las consecuencias de sus actos (el Ripley de Patricia Highsmith).

Killer de novela negra
«Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura» Edgar Allan Poe

Historia de la novela negra

La novela policiaca es un género moderno y al igual que la ciencia ficción responde a una demanda sociocultural concreta durante los siglos XIX y XX: el desencanto del individuo frente a las injusticias sociales. Sin embargo, algunos estudiosos han encontrado trazos distintivos del género en obras mucho más antiguas. En la tragedia griega Edipo rey, de Sófocles, el protagonista, Edipo, inicia una investigación para buscar al asesino de su predecesor, el rey Layo (sin saber que él mismo es el culpable). También en el Libro de Daniel del Antiguo testamento el profeta Daniel realiza investigaciones para esclarecer los misterios relativos a la Historia de Bel y el Dragón y la Historia de Susana. Por características y método deductivo, se pueden considerar cuentos policiales también. Incluso hay quien ha querido ver en algunos pasaje de El Quijote, características propias de la novela negra.

En sus inicios fue calificada como «literatura barata» o «subliteratura», porque el crimen era de por sí un tema antiestético y que se pensaba no podía alcanzar trasfondo moral o artístico. La gente leía en los periódicos casos de crímenes o crónicas de sucesos cuya evolución seguía hasta su resolución; algunas veces incluso se editaron colecciones de volúmenes que contenían transcripciones o resúmenes de procesos judiciales famosos por su morbosidad, su carácter escandaloso o su violencia. Esos se podrían considerar algunos referentes de la novela policiaca moderna.

El pistoletazo de salida oficial de la novela policíaca lo dio Edgar Allan Poe. Sus cuentos Los crímenes de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Rogêt (18421843), La carta robada (1844) y El escarabajo de oro (1843), sentaron las bases de la moderna novela de misterio. Los tres primeros están protagonizados por Auguste Dupin, que supuso el primer detective de ficción de la historia y sirvió de inspiración para los miles que vendrían detrás. Fue el mítico detective Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, quien definió la manera «correcta» de resolver un crimen: la lógica deductiva.

En 1844, el filósofo danés Søren Kierkegaard publica El concepto de angustia, e inmediatamente después ve la luz El cuervo, del propio Poe. No hay una coincidencia fruto de la casualidad. Hay un estrecho margen de tiempo, más bien, en el que la causalidad hace su trabajo. ¿Por qué aparece la novela policíaca? Es el miedo, la “filosofía de la angustia” o “de la inseguridad” de la que habla Kierkegaard,1​ quien reina en el alma de la gente. En una época convulsa aparece la neurosis de la sociedad industrial. Algunos autores aprovecharán incluso este hecho para opinar sobre el origen social de la novela policíaca desde un enfoque marxista.

Más allá de proyecciones de teorías políticas, lo que parece seguro es que el hombre decimonónico estaba necesitado de este género, como lo estamos ahora. En cierta manera todo encaja con la definición de Thomas Narcejac:

  • «La novela policíaca es un relato donde el razonamiento crea el temor que se encargará luego de aliviar».

Si leemos novela de misterio es porque sabemos que la vida es algo impredecible. Necesitamos ver cómo se restablecen el orden social y nuestra fe en la justicia, todo ello mediante el caminar exacto de la investigación racional. Estamos carentes de esa confianza de la que hablábamos al principio, lo que nos lleva a pedir a gritos ocultas intrigas que se revelen gracias a la inteligencia.

La escuela estadounidense de novela policíaca se inicia años más tarde. Forjada en los días de la Gran Depresión, criticó el escaso realismo de esas novelas, dejó en segundo lugar la importancia del enigma y lo subordinó al suspense, siempre con el fin de subrayar los aspectos sociales del crimen y la denuncia de una sociedad corrupta, contribuyendo a crear la llamada novela negra, de ambientación urbana y callejera, y donde se devuelve el crimen a la calle y a los ambientes miserables donde más se suele cometer, de forma que se cuestionen los valores éticos y materialistas de la sociedad capitalista y de consumo, como responsable en última instancia del crimen. De esa forma se pasó del la novela policiaca realista a la novela policiaca naturalista (bien su versión para consumo de masas, el hard-boiled, bien en su versión más elaborada y literaria: la novela negra).

Uno de los primeros escritores americanos de novela negra fue Carroll John Daly. Su obra Knights of the Open Palm (1923) protagonizada por el detective Race Williams, sentó las bases del hard boiled. Sus seguidores Hammett y Chandler mejoraron el producto.

Dashiell Hammett: Detectives Sam Spade, Nick Charles y el agente de la Continental. Escribió cinco novelas: Cosecha RojaEl halcón maltés, La maldición de los Dain, El hombre delgado y La llave de cristal. Sus relatos, publicados en la revista Black Mask en los años veinte, han sido recogidos bajo el título genérico de El detective de la Continental. También se han publicado en español bajo los títulos Dinero sangriento y El gran golpe. Fue el primer escritor de novelas policíacas que tuvo en cuenta el estrato social donde más se generaba el crimen, en los bajos fondos, que conocía bien por haber sido detective privado de la agencia Pinkerton. Su estilo es lacónico, impresionista.

Raymond Chandler: su detective principal es Philip Marlowe, llevado al cine por Bogart y Robert Mitchum, entre otros. Es el protagonista de El sueño eterno, Adiós, muñeca, El largo adiós y La ventana siniestra (o La ventana alta), La dama en el lago, Playback y La hermana menor (o La hermana pequeña). En sus relatos, publicados en su mayoría en la Dime Detective Magazine, aparecieron otros detectives, John Dalmas y John Evans, que al mezclarse dieron como resultado a Philip Marlowe. Se caracteriza por un estilo irónico y cínico, de frase ingeniosa y ácida.

La novela negra empezó a ser considerada por la crítica con la Segunda Guerra Mundial. El género se transformó en algo parecido a la crítica, y la gente comenzó a través de la literatura y el cine a darse cuenta de lo que pasaba. Varios escritores o cineastas comenzaron a incluir escenas de la guerra en sus producciones, haciendo que las personas tomaran conciencia de lo que estaba sucediendo, tal vez no tan directamente sino mediante metáforas.

Escena de novela negra
«Matar debe hacer sentir bien a Dios. Él lo hace constantemente». Richard Harris.

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